domingo, 1 de febrero de 2009

Noche estrellada.


Tendida en un colchon, en el suelo lleno de hojas y ramitas miraba el cielo. La hoguera calentaba mis piernas, ya no tanto porque nadie se habia esforzado en avivar el fuego. Nadie hablaba porque ya comenzaba a bajar el sueño. Yo solo me dedicaba a mirar el cielo, siempre que puedo lo hago porque me encanta, sobre todo si estoy en un lugar lejos de las luces de las calles o de anuncios publicitarios.

Pasaron unos minutos y una estrella fugaz cruza el cielo y deja un rastro como turquesa, un color extraño, y el resto se percato de la aparicion de la estrella.

Me aferre a mi manta que me protegia del frio y como si tuviera diez años cerre los ojos y pedi un deseo, el cual espero que se cumpla, por lo menos es a corto plazo, se supone.
En ese momento senti como si de nuevo fuera niña, como si tuviera inociencia al creer que un deseo se me puede cumplir con el solo hecho de pedirselo a una estrella, pero aun asi, hoy a menos de 24 hrs de haberlo pedido ha dado señales de que se puede cumplir.

1 comentario:

  1. Que bcn lo que escribiste, yo tambien miraba el cielo, pero al otro lado y no alcanzé a ver la estrella fugaz, aun asi pedi un deceo, jaja que barsa, estuvo muy buena esa noche ! ;)

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