miércoles, 20 de enero de 2010


Nadie supo en que terminaría, nadie era capaz de predecir tamaña desgracia venidera en los años siguientes. Una joven pareja contraía matrimonio, no tenian grandes riquezas, no poseian mas que una pequeña porcion de tierra que los ayudaria a subsistir, solo los unía el gran amor que sentian el uno por el otro, pensaban que aquello era suficiente.

El paso de los años se fue mostrando, la familia iba creciendo cada vez más, partiendo por un hijo, despues otro, mellizos y más hijos, ya iban diez. El padre apenas podía sostener a toda la familia, con sus apenas 34 años aparentaba tener muchos más, mientras la madre, ya con un notorio cansancio en el rostro seguía en la crianza de sus hijos que no paraban de llegar al mundo. Tenía que ayudar a algunos con sus deberes escolares, a otros amamantarlos, a otros enseñarles a caminar y hablar, los días cada vez resultaban más agotadores y la pobre mujer no para de quedar embarazada, ya iban 15 hijos frutos de aquel matrimonio.

Cada vez se hacía más dificil mantener a la familia, el agotado padre comenzaba a odiar el hecho de que su mujer no dejara de egendrar niños, pero derrepente ese sentimiento se frenaba al recordar el amor eterno que se habían jurado en el humilde altar de la iglesia del pueblo. Esto era lo que hacía que se levantara al despuntar el alba y volviera al atardecer esperando a que su mujer le sirviera algo de comida entre un bullicio enorme de sus muchos hijos, empezaba a hartarse de aquel bullicio, no queria saber más de ellos a veces, pero los respetaba por tener parte de su amada.

Los años pasaban conforme crecía la familia, ya no daba más la situación, el hombre ya no daba más, sus hijos estaban más grandes, y el más viejo derrotado por el trabajo. ´

Una noche al llegar su esposa le cuenta que espera otro hijo, el hombre no pudo más de rabia, la familia no daba más, apenas podían sobrevivir de lo que les otorgaba la tierra. Impulsivamente toma el hacha con la cual estaba cortando la leña para el fuego y sin pensarlo se la entierra a su mujer, quien apenas alcanzo a gritar para pedir ayuda, su esposo como un maníaco no se conformó hasta comprobar su muerte. Sus hijos más grandes observaron parte de la escena y corrieron a refugiarse en sus cuartos.

Aquel asesinato estremeció al pueblo, los vecinos, preocupados por sus hijos terminaron en la casa de sus abuelos, y el hombre solo quedó, sin arrepentimiento alguno, viviendo en la más grande miseria que la soledad. La locura se apoderó de mente hasta que la salud no lo acompañó falleciendo en la desgracia de ser temido por sus hijos.
Fin
PD: Basado en una historia real, esa es la casa en que vivían.

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